Nadie es perfecto hasta que te enamoras de él.


-¿Y cómo es?
-¿Qué cómo es? Es un chica normal. Tiene el pelo liso y rubio o castaño, no sé. La piel de un color moreno y la cara alegre con expresión de libertad. Los ojos del color de las praderas, y alrededor de las pupilas unas líneas marrones, parecido a unos rayos, que yo imagino que son ranuras por donde se escapan sus sueños. Unos labios caprichosos, finos, e infatiles que siempre lucen una sonrisa. Da igual que tipo de sus tantas sonrisas sea, pues siempre está allí. Unos pequeños lunares en el pómulo izquierdo. Unas manos sinceras, que regalan lo mas grande. Un ombligo del que cualquier día, cualquier amanecer, podría salir el sol. Las piernas largas, con esas rodillas que la tiemblan a veces... Es una de esas personas.
-¿Una de esas personas?
-Sí, una de esas perdonas de la que es fácil enamorarse. De esas que te da abrazos en los buenos y en los malos momentos. Que confía en ti, y lucha hasta cuando ya todo el mundo ha dejado de hacerlo. De esas personas que siempre sonríen y le contagia su sonrisa a los demás, de las que tienen una canción para cada situación, de las que recuerdan cada instante y lo viven al cien por cien. De esas personas que ven más allá de las cosas simples, y que siempre le da una oportunidad a todo el mundo, de esas que son capaces de soñar despiertas y luchan para que todo lo que desean se haga realidad, de esas que de vez en cuando explotan porque no aguantan más. De esas que no le importa lo que piensen los demás. De esas que siempre están haciendo tonterias. De esas personas que sabes que es una niña, pero la ves un poco mujer. De esas que mantienen la llama de la inocencia y la ilusión aún viva. De esas, con las que no te importaría pasar el resto de tu vida.